El próximo domingo 24 de octubre, se celebra en España la Jornada anual del DOMUND, cuyo lema lo explica con claridad el director de las OMP, D. José María Calderón "Cuenta lo que has VISTO y OÍDO" (Hch 4,20). Es una propuesta de volver a la raíz de nuestro ser misionero: «No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído». Del encuentro personal nace esa expresión de los apóstoles en el libro de los Hechos. El evangelizador es la persona que se ha dejado tocar por el dedo amoroso de Dios, capaz de reconstruir lo que en su vida estaba destruido. El misionero es aquel que ha reconocido a su Señor al partir el Pan y no puede, no quiere vivir ya sin gustarlo. El apóstol de Cristo es quien ha descubierto que Jesús es ese tesoro escondido, esa perla preciosa, ese amigo, compañero de viaje, por el que vale la pena dejarlo todo y entregarse. Sí, ellos entienden que no pueden dejar de hablar de lo que el Señor ha sido capaz de hacer en sus vidas.
Así podemos verlo en los evangelios. Al comienzo de la vida pública del Señor, cuando los apóstoles le conocían, invitaban a otros a tener también ese encuentro. No les contaban grandes discursos, no les hablaban de grandes propuestas. “¡Ven y verás!” era la invitación que hacían a sus amigos. Juan y Andrés le conocieron así (Jn 1,39), Felipe invita de este modo a Natanael (Jn 1,46)… “¡Venid y veréis!”. Sí, la evangelización es ayudar a que los hombres tengan ese encuentro con Dios, esa experiencia de compartir con Él la vida, los dones, la alegría, ¡la cruz!
Será por eso por lo que san Pablo VI hablaba de que hoy hacen falta más testigos. Será por eso, también, por lo que a quienes entregan la vida por Cristo, hasta derramar su sangre, ¡les llamamos “mártires”!, es decir, “testigos”. A los jóvenes, a los niños, a los que se preparan para los sacramentos, a los que nos oyen a los sacerdotes sermones muy emocionantes, hay que transmitirles el encuentro con el Señor, el que cambió nuestra vida, el que ha cambiado la sociedad y el que cambiará la vida de quienes nos escuchan y aguantan (texto completo).
Se trata de una campaña de la Iglesia a favor de los misioneros y de las actividades que ellos realizan. Muchos de Vds. saben bien lo que estos hombres y mujeres hacen en los países del Tercer Mundo y cuanta dedicación y sacrificio ponen en la realización de su tarea por ayudar a los más pobres.
En nuestro mundo podemos ver fácilmente cambios superficiales, que dejan las cosas como estaban, y otros que son “a peor”, porque derivan de acciones injustas y que atentan contra la dignidad del ser humano. Eso, si no suponemos, desde la indiferencia, que las cosas no pueden ser más que como son.
Frente a esto, los misioneros nos muestran que es posible un cambio “a mejor”, profundo y real. Ellos pueden ser para todos, y en especial para los jóvenes, un referente de compromiso y esperanza; sus vidas constituyen la prueba palpable de que un corazón en el que ha entrado Dios, con toda su novedad y creatividad, puede cambiar el mundo.
Que María, Reina de las Misiones, nos conceda ver la luz de Cristo en el corazón de todos los que caminan por este mundo junto a nosotros.
>> SI NECESITA MATERIAL PARA LA CAMPAÑA SE PUEDE DIRIGIR A Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. o llamando a la Delegación de Misiones.